Visitar Cartagena es un viaje en el tiempo a una antiquísima y esplendorosa ciudad. Es sumergirse en sus 3.000 años de historia entre los vestigios de las diferentes culturas que aquí habitaron. El periplo por Cartagena seduce desde el primer momento. Cuando alzas la vistas al extraordinario puerto, uno de los más antiguos de la Península y puerta de entrada de todas esas culturas. O cuando contemplas las cinco colinas que descuellan sobre la ciudad, como una pequeña Roma. Su puerto natural, al abrigo de las montañas del entorno, le ha servido históricamente como un punto estratégico militar. En la actualidad aún podemos ver diferentes baterías antiaéreas, ya en desuso, en los picos y cerros circundantes a la ciudad.
Existen numerosos sitios que ver en Cartagena, ya que cuenta con un importante patrimonio cultural e histórico. Fue fundada por el cartaginés Asdrúbal el Bello hacia el año 227 a.C., y vivió un periodo de esplendor durante la época romana, cuando era conocida como Carthago Nova.
Además, es
recomendable comprar un abono para visitar los museos de la ciudad, ya que nos
saldrá más barato. El más básico incluye la entrada a 4 museos y cuesta 13
euros. Con el abono completo se pueden visitar 8 museos, incluye barco y bus
turístico y cuesta 24 euros.
Después de
aparcar en el puerto de la ciudad puedes empezar una ruta por Cartagena por el
propio puerto, donde se puede pasear por la zona del puerto y visitar alguno de
sus museos como el reconocido Museo Nacional de Arqueología Subacuática
(ARQUA). En este gran espacio se estudia, valora, investiga, conserva y difunde
el extenso Patrimonio Cultural Subacuático español como el famoso y recuperado
«tesoro del Odyssey», una colección de más de 570.000 monedas de oro y plata
pertenecientes a la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, hundida en 1804.
Al salir del
museo puedes seguir con el tranquilo paseo bordeando el puerto y observando
diferentes esculturas como La Cola de Ballena y Los Cañones de la Dársena de
Botes, hasta llegar a la Puerta del Arsenal, un astillero y base naval.
Continuando
nuestro paseo podemos llegar a la plaza del Ayuntamiento, presidida por el
impresionante Palacio Consistorial, sede del Ayuntamiento, y puerta de entrada
al Teatro Romano, es otro de los lugares que ver en Cartagena más bonitos.
Siguiendo la
profunda huella que dejaron los romanos en esta ciudad llegarás al
impresionante Teatro Romano, construido entre los años V y I a.C y uno de los
lugares que visitar en Cartagena imprescindibles. Aunque el teatro se puede ver
desde el Parque de la Cornisa, es muy recomendable entrar por el Palacio de
Riquelme, situado en la Plaza del Ayuntamiento, que junto a la antigua iglesia
de Santa María la Vieja, componen un fantástico museo que te ayudará a conocer
mejor la historia de este monumento y la ciudad, además de poder ver todas las
piezas encontradas durante diferentes excavaciones. Después de recorrer un
pasillo que discurre por el subsuelo de la ciudad con restos arqueológicos
entrarás en el imponente Teatro Romano, que tenía capacidad para unos 7000
espectadores y fue descubierto por el arqueólogo Sebastián Ramallo Asensio en
1988.
Si hemos accedido
al Museo del Teatro Romano, saldremos a la calle Cuesta de la Baronesa, por la
cual debemos bajar unos metros y seguir a la izquierda, para regresar a la
plaza del Ayuntamiento. Ya en la plaza, seguimos nuestra visita hacia el norte,
por la calle Mayor, para conocer otros de los rincones que ver en Cartagena. En
esta calle encontramos algunos de los edificios modernistas más distinguidos de
la ciudad. Uno de los primeros edificios que encontramos, a la izquierda, es la
elegante Casa Cervantes, con una fachada predominantemente blanca y con bellos
detalles modernistas. Fue inaugurada en el año 1900 y era propiedad de Serafín
Cervantes Contreras, un acaudalado empresario de las cercanas minas de La
Unión. A continuación encontramos el Casino de Cartagena, el cual se instaló en
el Palacio del Marqués de Casa Tilly en el año 1853. El origen de este edificio
se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII, aunque fue reformado a finales
del XIX. Todos los sábados a las 12 hay una visita guiada de este edificio. Unas
decenas de metros más adelante, frente a la Iglesia de Santo Domingo, se
encuentra la fachada de la Casa Llagostera. Esta casa modernista fue construida
entre los años 1913 y 1916, y perteneció al catalán Esteban Llagostera,
dedicado a la industria textil. Seguimos nuestro paseo por la calle Mayor de
Cartagena y, en breve, llegamos a la plaza de San Sebastián, donde se encuentra
el Gran Hotel, inaugurado en 1916.
Desde ahí, podemos
acercarnos al Parque Arqueológico del Molinete, situado sobre un cerro desde
donde se observa una buena panorámica de Cartagena y de las sierras
circundantes. La entrada a este parque es gratuita y en su interior encontramos
diferentes restos arqueológicos, entre los que destacan los basamentos de un
templo romano republicano. Así mismo, en el cerro se conserva la estructura de
dos molinos de viento, uno de los cuales fue utilizado posteriormente como
ermita.
Cerca se encuentra el acceso al Augusteum, el cual era un templo dedicado al primer emperador romano, Octavio Augusto. El Augusteum está abierto los sábados y domingos por la mañana, y tiene un precio de 2,5 euros.
Avanzando unos
metros por la calle Caballero, enseguida llegamos a la plaza de Risueño, donde
encontramos el acceso a la Casa de la Fortuna, la cual consiste en una ostentosa
vivienda romana del siglo I a.C., con elegantes murales y mosaicos. Está
abierta de martes a domingo hasta las 15:00, y tiene un precio de 2,5 euros. En
esa misma plaza esta la pastelería Ramón García Davó con unos productos
excelentes
Tras visitar la
Casa de la Fortuna nos dirigimos al museo de la Muralla Púnica, de los orígenes
cartagineses de la ciudad quedan los restos de esta construcción defensiva
(siglo III a.C). Para llegar a ella caminamos hacia el noreste por la calle Duque,
la cual pasa entre la plaza de la Merced y el bulevar José Hierro, lugares en
los que podemos ver un fragmento del Decumano Máximo, es decir, la calzada de
entrada a la Carthago Nova romana. La muralla cuenta con un Centro de
Interpretación, donde conocer una de los capítulos más épicos de la historia
del Mediterráneo: las Guerras Púnicas, entre cartaginenses y romanos.
En la plaza de la
Merced se encuentra el bello Palacio de Aguirre, obra del arquitecto Víctor
Beltrí e inaugurado en el año 1901, por encargo del empresario minero Camilo
Aguirre. Este palacio se puede visitar de forma gratuita y merece la pena
verlo.
Por la parte
posterior del a iglesia Teatro Romano, subirás hasta el Parque de la Cornisa,
desde donde disfrutarás de unas fantásticas vistas del Teatro Romano y la
ciudad de fondo aunque si quieres unas vistas más completas deberás subir un
poco más, hasta llegar al Castillo de la Concepción, situado en una de las
cinco colinas que protegen la ciudad y otro de los lugares que ver en Cartagena
más bonitos. Alrededor de este castillo medieval del siglo XIII o XIV, tendrás
fantásticos miradores al puerto y la ciudad, además de vistas únicas al
anfiteatro romano, que está en fase de restauración.
Una vez en la
fortaleza puedes visitar el Centro de Interpretación de la Historia de
Cartagena, que consta de diversas y entretenidas exposiciones que te ayudarán a
conocer los 3.000 años de historia de la ciudad y la huella que dejaron las
diferentes civilizaciones.
Valoración: 5 estrellas