Alpuente se encuentra situado en la zona alta de la comarca de La Serranía, a poco más de una hora de la capital. La villa de Alpuente conserva todavía los vestigios de su esplendoroso pasado, albergando restos desde la Edad del Bronce, pasando por los iberos, romanos y árabes. En el siglo VII pasa a formar parte de Al-andalus y en el año 1031 se declara reino de Taifas independiente. Tal fue su prestigio económico y político que llegó a acuñar su propia moneda. Alpuente fue la capital de un gran territorio que en la actualidad equivaldría a las comarcas de la Serranía y Rincón de Ademuz, además de Sinarca y Arcos de las Salinas. Fue conquistada por el Cid en el año 1089 y en 1236 tras ser conquistada por el Rey Jaime I, Alpuente continuó siendo una plaza de excepcional importancia. En los años 1319 y 1383 se reunieron allí las Cortes del Reino de Valencia. Un edifico de singular belleza en Alpuente en su antigua Aljama, que alberga actualmente el ayuntamiento. En ella se reunía la Lonja de Contratación y Gobierno árabe. En el siglo XVI se le adosó un magnifico salón consistorial. De su castillo la parte mejor conservada es la Torre de la Veteta o del homenaje. En las inmediaciones de la villa se encuentra el acueducto medieval de los Arcos con trece arcos, cuya finalidad era la de abastecer a la población y regar los históricos huertos de la villa.
En Alpuente se puede disfrutar de un agradable paseo entre sus calles y plazas con cierto aire medieval. Destacan las casas solariegas con portadas de sillerías decoradas con escudos nobiliarios, sus edificios defensivos, el Castillo (en lo alto del cerro sobre el barranco de El Reguero), las Torres y Muralla de la Villa. De aquella magnífica e inexpugnable fortaleza quedan restos de procedencia romana y árabe: aljibes, cisternas, pozas y cámaras que parecen auténticas mazmorras, pilas de piedra donde se picaba la pólvora… Lo mejor conservado del castillo es la Torre de la Veleta o del Homenaje, construcción de sillería que, a pesar de los repetidos derribos, mantiene unos diez metros de elevación.
Junto a los restos del castillo, está la iglesia arciprestal
de Nuestra Señora de la Piedad. Es un templo de una sola nave, construido entre
los siglos XIII y XV. Su campanario octogonal alberga los restos más antiguos
del siglo XIV.
En este recorrido se
descubren pequeños rincones y miradores desde los que observar distintas vistas
del valle y los alrededores.
A lo largo del el
Casco Histórico encontrarán diversos paneles explicativos sobre algunos de los
edificios más emblemáticos de Alpuente.
El municipio esconde además grandes tesoros y vestigios que
se remontan a la antigüedad, incluso a Millones de años. Han sido localizados
varios yacimientos con restos de fósiles de dinosaurios, que se pueden conocer en el museo de paleontología.
También pueden acercarse hasta el Yacimiento con Huellas de Dinosaurio próximo
a la aldea de Corcolilla. En Corcolilla existe un horno de leña donde se
realizan panes y dulces muy ricos.
También existe en Alpuente un pequeño museo etnográfico en
un antiguo molino. Ambos se pueden visitar por cinco euros dentro de la visita
guiada al pueblo organizado por la oficina de turismo local.
El Ayuntamiento estaba ubicado en una antigua aljama,
puerta de entrada a la ciudad que da la bienvenida al visitante. Sobre ella se
reunía la Lonja de Contratación y la Gobernación árabe. En el siglo XVI se le
adosó un magnífico salón consistorial.
Muy cerca de la villa, a poco más de dos kilómetros en la
carretera de Alpuente a La Yesa, se encuentra el acueducto medieval de los
Arcos, con trece arcadas. Su finalidad era abastecer a la población y regar los
típicos y escalonados huertos con el agua procedente de las fuentes Nueva y
Marimacho.
Desde el mirador de La Veleta se ven unas vistas
espectaculares del pueblo y es un lugar precioso para hacer un picnic.
Dentro del municipio en La Almeza hay dos pequeñas pedanías
que merece la pena visitar
Valoración: 5 estrellas
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