Si hay un lugar mágico en La Palma, ése es el Bosque de Los
Tilos. Se sitúa en la parte norte de la isla y en muchas ocasiones se encuentra
cubierto por un manto de nubes que le dan un aire místico, pero si tienes
suerte de tener un día soleado, entonces entenderás por qué a La Palma se le
llama, además de la isla bonita, la isla verde.
Paisajísticamente hablando, la parte norte y la sur de La Palma poco tienen en común. La mitad sur es mucho más ‘desértica’ y arenosa, y predominan los tonos marrones, debido a la reciente actividad volcánica de la zona.
La norte, por el contrario, está más expuesta a los vientos
alisios que provienen del océano y que crean los famosos mares de nubes de
Canarias. Esto hace que esta parte sea mucho más húmeda y crezca más
vegetación, lo que le da un aspecto totalmente verde y frondoso a sus bosques.
Los Tilos alberga uno de los bosques de laurisilva más
importantes del archipiélago canario. Se trata de un ecosistema heredado de la
época terciaria que llegó a ser, en su día, la primera Reserva de la Biosfera
en la isla. Localizado en el municipio de San Andrés y Sauces, conserva un
patrimonio natural de excepcional valor.
Atendiendo a la flora, destacamos la presencia de tiles,
viñátigos, palos blancos, laureles, acebiños, barbuzanos, madroños, peralillos,
fayas, brezos y extraordinarios helechos gigantes. Y entre la fauna merecen una
especial mención las palomas turqué y rabiche, así como los innumerables
invertebrados.
Hay un Centro de Interpretación con una exposición
permanente que explica los valores naturales del entorno. La zona es ideal para
darse un paseo y ofrece buenas opciones de senderismo. La ruta más larga llega
hasta los Nacientes de Marcos y Cordero, a través del sendero homologado PR LP
6. Y las versiones más cortas serían hasta el Mirador del Espigón Atravesado
(también por el PR LP 6) o hasta el Mirador de las Barandas (PR LP 7).
Vista desde el mirador del espigón atravesado |
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