El monumento
icono de la ciudad medieval de Durham, al norte de Inglaterra, es, sin lugar a
dudas, su catedral.
La catedral
muestra además las imágenes más representativas de esta pequeña, con sus torres
sobresaliendo de la frondosa vegetación en lo alto de la colina que es rodeada
por el río Wear.
En tu visita a
Durham, encontrarás la catedral en el lado sur de la gran pradera conocida como
Palace Green, situada en lo alto de una colina en el centro geográfico de la
ciudad.
La Catedral de
Durham mantiene la mayoría de los elementos originales de la época en que fue
construida en el citado estilo normando, la variante que se desarrolló en Gran
Bretaña del característico estilo arquitectónico románico.
Historia catedral de Durham
Iniciada su
construcción en el año 1095 para ser el mausoleo de las reliquias del santo St
Cuthbert, se tardaron 40 años en terminar las obras. Su longitud de 143 metros
la puedes apreciar perfectamente desde la gran pradera sobre la que se extiende
el edificio, el cual te dará una sensación de gran robustez y austeridad.
Las dos torres
del lado oeste datan de los siglos XII y XIII, y la gran torre central es
posterior, pues es del siglo XV, y muestra detalles de estilo gótico.
En el interior de
la Catedral de Durham se refuerza la sensación de robustez ante las columnas de
gran grosor que circundan la nave central, todo ello de estilo normando.
Pero en su
interior también hay elementos de estilo gótico. Lo más destacado, las bóvedas
con el techo nervado, solución habitual en catedrales góticas, pero que se
aplicó por primera vez en la Catedral de Durham.
Dos son los
rincones más destacados en el interior de esta catedral. Por un lado, la
capilla de los Nueve Altares, añadida en el lado este durante el siglo XIII,
con estilo gótico primitivo.
Y por otro lado,
la capilla Galilea que podrás ver en el lado oeste, a la derecha según entras
en la catedral. Sus columnas decoradas con un diseño en forma de zigzag, hacen
que esta capilla muestre un estilo que, sorpréndete, puede recordarte en cierto
modo a los característicos arcos y columnas de la Mezquita de Córdoba.
La entrada a la
Catedral de Durham es gratuita, si bien no se pueden hacer fotos en su
interior. En suma, una visita obligada en nuestro viaje a la ciudad medieval de
Durham.
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