jueves, 7 de marzo de 2024

Inglaterra: Stonehenge

Stonehenge, ubicado en la campiña inglesa del condado de Wiltshire, es uno de los monumentos más enigmáticos y reconocibles del mundo. Con sus imponentes piedras dispuestas en círculos concéntricos, Stonehenge ha desconcertado a arqueólogos, científicos y visitantes durante siglos, inspirando teorías y leyendas sobre su origen y propósito. Descubre la magia y el misterio de Stonehenge.

**Historia Antigua:**

Stonehenge data de alrededor del 3000 a.C. y ha sido objeto de estudio e investigación durante siglos. Se cree que fue utilizado con diversos propósitos a lo largo de su historia, incluidos rituales religiosos, ceremonias funerarias y observación astronómica. A pesar de los avances en la investigación arqueológica, el verdadero propósito de Stonehenge sigue siendo un misterio.

**Arquitectura Megalítica:**

Stonehenge está compuesto por una serie de círculos concéntricos de piedras, incluidas las famosas piedras de sarsen, que pesan hasta 50 toneladas cada una, y las piedras azules, que se cree que provienen de Gales. El monumento también incluye un círculo de fosos y terraplenes, así como una serie de alineaciones astronómicas que sugieren un posible uso como observatorio o calendario.

**Leyendas y Mitos:**

Stonehenge ha inspirado numerosas leyendas y mitos a lo largo de los siglos. Según la leyenda, el monumento fue construido por el mago Merlín, quien transportó las piedras desde Irlanda y las colocó en su lugar con ayuda de la magia. Otras leyendas sugieren que Stonehenge fue creado por gigantes o que es el lugar de enterramiento del rey Arturo.

**Sitio de Interés Turístico:**

Hoy en día, Stonehenge es uno de los destinos turísticos más populares de Inglaterra, atrayendo a visitantes de todo el mundo que vienen a maravillarse con su grandeza y misterio. Los visitantes pueden recorrer el sitio, aprender sobre su historia en el centro de visitantes y disfrutar de las vistas panorámicas de la campiña inglesa desde los senderos que rodean el monumento.

**Conservación y Protección:**

Stonehenge es un sitio protegido y gestionado por English Heritage, que se encarga de su conservación y mantenimiento. Se han llevado a cabo numerosos proyectos de investigación y conservación en el sitio para preservar su legado para las generaciones futuras y para comprender mejor su significado y función en el pasado.

En resumen, Stonehenge es un monumento icónico que sigue fascinando a visitantes de todo el mundo con su misterio y grandeza. Con su historia antigua, su arquitectura megalítica y sus leyendas intrigantes, Stonehenge es un lugar que no te puedes perder al explorar la riqueza cultural e histórica de la campiña inglesa.

Remedios: Museo de las Parrandas Remedianas

Una Villa con una tradición tan arraigada como las Parrandas, no podía dejar de poseer una institución que atesorara con celo y amor una representación gráfica y física de todos elementos parranderos, a través de fotos, maquetas, vestuario, tocados de cabezas, instrumentos musicales, faroles, fuegos artificiales, banderas, estandartes, símbolos parranderos: El Gallo (del San Salvador) y el Gavilán y la Globa (del Carmen), y piezas de carrozas y de trabajos de plaza..., que los visitantes pueden apreciar en sus siete salas


Transitoria y de actividades Historia y extensión Música y faroles Galería de parranderos Trabajos de plaza, estandartes y carrozas, Pirotecnia Transitoria anual El Museo de las Parrandas Remedianas, fue fundado el 1 de abril de 1980. En él se generan varias acciones culturales caracterizadas con frecuencias mensual y variada.

Peña Parrandera : Dirigida a adultos. En ella se combinan la inauguración de una nueva exposición con la divulgación de fondos, trabajos investigativos... amenizada siempre con talentos locales, provinciales y extranjeros;

Tertulia San José 71 : (antigua dirección de la casa donde está ubicado el museo actualmente), se realiza el t ercer sábado de cada mes, dirigida a los jóvenes. En ella está presente el rescate de tradiciones y de la historia. Se abordan temas generales: movimientos literarios, música: barroco, romanticismo..., arte culinario, bebidas, con la animación de trovadores a manera de descargas.


Parrandita Infantil : Encaminada a recrear y enseñar a los más pequeños. Se establecen competencias entre escuelas primarias: potencial de aficionados: danza, teatro, música y artes plásticas Contacto Juvenil : encargada de divulgar un hecho histórico de las fiestas, con la proyección de películas que aborden temas polémicos: la familia, las drogas, conductas inadecuadas, etc. y conducir así a un fructífero y ameno debate al respecto. Entre los invitados no pueden faltar a esta actividad los trabajadores sociales Peña El Tiempo el Implacable, el que pasó...: 4 veces al año. Homenaje a parranderos del pasado y el presente, elaboración escenográficas y de guiones, talentos artísticos, vuelo poético Peña José Bello in memoriam: Es una especie de guateque campesino en colaboración con la ANCI, el primer domingo del mes a las 3:00 pm. En el Museo se montan aproximadamente 6 Expo al año en su sala transitoria de disímiles temáticas, no precisamente de parrandas. Está representado en tres muestras itinerantes (librería, archivo y cine) y también en los poblados aledaños al municipio. Las visitas dirigidas son el plato fuerte de la institución, que ejecutadas en español, francés, inglés e italiano, parte de los 20 mil visitantes al año, entre ellos 2 mil extranjeros, pueden alimentar mente y espíritu, con gran profesionalidad. Se mantiene abierto en el horario de Martes a Sábado: 9:00 am - 12:00 m 1:00 pm - 6:00 pm Los Domingos: 9:00 am – 1:00 pm Ocasionalmente se puede apreciar con agrado en una de sus salas el deslumbrante espectáculo parrandero de diferentes años a través de vídeos grabados al efecto. Nos resta invitar a todo el que visite Remedios que asista a esta valiosa y singular institución.

Remedios: Las parrandas remediana

Surgen alrededor de 1820 cuando un sacerdote llamado Francisco Vigil de Quiñónez, Francisquito, decidió contratar a un grupo de niños para que, en las frescas madrugadas del 16 al 24 de diciembre, hicieran un ruido infernal y despertaran a los vecinos de la villa, que preferían quedarse durmiendo y no participar en las misas de Aguinaldo. No sabemos con certeza si el joven sacerdote logró el sentido religioso, pero este alboroto evolucionó y trascendió como una genuina tradición folklórica que se ha convertido en Fiesta Nacional.

Los niños de entonces recorrían las calles con pitos, fotutos, matracas, rejas, latas rellenas con piedras y todo aquello que hiciese un ruido espectacular. Para esto el pueblo se dividía en ocho barriadas: Camaco, El Cristo, San Salvador, El carmen, Buenviaje, La Parroquia, Laguna y Bermeja. En 1835 un Regidor, Don Genaro Manegía, se quejó al ayuntamiento por el ruido que hacía la muchachada, por lo que se editó un bando que prohibía la salida de ésta antes de la cuatro de la mañana. Por esa década también se comenzó a salir por las calles y se hacían especie de serenatas, acompañándose de guitarras y mandolinas. Pero luego continuó desarrollándose la música bullanguera, que sería el germen del repique. Se destacó, además, el chivero Gregorio Quin, que apoyaba a los muchachos de entonces y recorría las calles tocando una corneta mientras su hijo Eustaquio percutía una atambora.

Hacia 1851 se formaron dos grandes grupos rivales: El Carmen y San Salvador, capitaneados por Doña Chana Peña y Doña Rita Rueda respectivamente. Ellas iniciaron la primera estructura organizativa de la fiesta, demarcándolas. Por un lado aunaron sus fuerzas La Bermeja, La Parroquia, El Carmen y El Cristo; del otro lado, Laguna, Buenviaje, San Salvador y Camaco. Pero aún no había competencia entre los barrios. Aunque existía cierta organización, los mismos no estaban consolidados definitivamente. Por esta época ambos grupos contaban con un coro de cantores y tocadores de guitarra, bandurria, arpa, quijada de caballos, botijuela, corneta, clave y atambora, que salían para animar las festividades.

Se realizan los concursos de bocetos de Carrozas y Trabajos de Plaza, siempre en el más absoluto secreto; claro que siempre hay espías que, durante la construcción de los diferentes elementos competitivos, filtran informaciones. Las directivas buscan los mecanismos económicos para costear los trabajos de sus barrios y comienza la gran maquinaria: carpinteros, electricistas, attrezzistas, vestuaristas, diseñadores, costureros, administradores, compradores, vendedores, pintores, decoradores, choferes, económicos, los especialistas y trabajadores del Museo de las Parrandas Remedianas, el pueblo, todo aquí se vuelca en función del gran acontecimiento anual. Alrededor de una semana antes del 24 de diciembre comienzan a montarse los Trabajos en la Plaza. Las grúas van de un lado a otro cargando las enormes piezas y en las calles el pueblo expectante vibran de emoción a cada instante. Por fin llega el día de las fiestas.

En la mañana se parte en peregrinación desde el Museo de las Parrandas Remedianas hasta el cementerio de la ciudad, donde descansan parranderos ilustres. Es una tradición que convoca a especialistas, estudiosos, autoridades gubernamentales, los músicos que integran el Piquete y a todo el pueblo, que se suma al paso de la procesión. Las banderas de ambos barrios se enarbolan al frente del cortejo y los músicos interpretan las polkas inmersos en la multitud. Esta especie de ritual evoca a los parranderos muertos que, homenajeados, acompañarán la fiesta durante toda la noche.

Entre las cuatro y las seis de la tarde los barrios alternan una entrada en la Plaza, donde evolucionan los fuegos artificiales, las rumbas y el arrollao, dando un avance de lo que acontecerá en la noche. El sonido de trompeta, los toques de paila, se iluminan los Trabajos de Plaza, se ha iniciado la función, alrededor de la diez de la noche comienzan las Parrandas con el saludo, entrada donde cada barrio se presenta con música y fuegos artificiales.

Estas entradas, en las que evolucionan los elementos, son alternadas por los barrios cada una hora aproximadamente, alrededor de la media noche se produce una relativa calma y en la Parroquial Mayor, en medio del escenario, se celebra la Misa de Gallo, luego continúan las entradas con los más variados fuegos y la música de los piquetes entonando las rumbas de desafío y las poleas, entre las dos y las cuatro de la madrugada hacen su entrada las fastuosas carrozas con sus historias, sus descubrimientos y sus personajes estáticos, en una hierática representación del cuento narrado.


Es un momento de clímax, de máxima tensión, el hecho de que puedan o no doblar las esquinas de la Plaza, otra vez los barrios lanzan sus fuegos artificiales en las dos últimas entadas de la noche, al amanecer del 25, cuando aún se escucha algún volador aventurero, los barrios recorren las calles remedianas proclamándose vencedores mientras entonan las rumbas de victoria al compás de los piquetes. Esta maravilla del folklore cubano no cuenta con un jurado que elija un vencedor. Por eso el pueblo es siempre el triunfador, Remedios, engrandeció e influenció el arte cubano: las Parrandas Remedianas, con su eterna rivalidad entre dos, se extendieron a otros pueblos y ciudades, y es considerada una de las tres Fiestas Nacionales de Cuba.

Remedios: Iglesia de San Juan Baustista

Iglesia Mayor de Remedios. Hay que convenir en que Remedios tiene en sus dos parroquias, dos torres muy buenas y notables; dos especialidades. Pero sobre todo la de la Iglesia Mayor es digna de ser detallada con mucho esmero y detención.

Fue empezada a construir en el año de 1848 y se terminó en 1850. Hace 160 años. La edificó el maestro de Obras Louis Rolland; que hizo por entonces otros varios edificios entre ellos la casa donde hoy se encuentra el Ayuntamiento.


En toda la Isla de Cuba, incluso La Habana no hay una torre igual a la de la Mayor de Remedios. Los remedianos deben de estar orgullosos con esa joya, que no tiene rival aquí, ni en más suntuosos templos de la capital cubana, ni en los de Santiago de Cuba.

Trinidad: Ingenio Guáimaro

El Ingenio “Guáimaro” Ubicado en el Valle de los Ingenios, en el municipio de Trinidad en la provincia de Sancti Spíritus, joya de la arquitectura colonial del siglo XIX.
El Valle de los Ingenios tuvo en lo que fuera la hacienda de Guáimaro, perteneciente al partido de Palmarejo (antigua división administrativa) uno de los “colosos” que ayudaron a forjar la leyenda de fortunas trinitarias, y colocar a Trinidad en la primera mitad del siglo XIX entre las tres primeras ciudades de Cuba por importancia.

Este ingenio llega a tener en 1830 una dotación de 300 esclavos hombres. En un plano realizado en el año 1857, aparece representado este ingenio con un poblado de esclavos, que al igual que en Manaca-Iznaga, fue levantado de embarrado y guano, pero situado en la ladera de la loma que servía de base a la gran casa de vivienda. Tanto el agrimensor Francisco Lavallee (183?), como Francisco Laplante (1857), reflejaron en su obra al ingenio Guáimaro. En ambas representaciones se pueden observar perfectamente los bohíos de los esclavos, ubicados ordenadamente al pie de la loma, “situados en terreno alto y seco, aseados y cómodos”; fueron levantados 32 de ellos y, al igual que los de Manaca-Iznaga, fueron construidos de mampostería y tejas.
El ingenio Guáimaro, poseía 84 caballerías, la primera noticia sobre este data de 1788, En 1827 logró la zafra más alta del mundo en su época: 82 000 @ de azúcar mascabada y purgada, (más de 900 t), con cuyo beneficio José Mariano Borrell construyó un palacio en las calles del Desengaño y Peña, hoy conocido por el nombre de Palacio Cantero.
A diferencia de la casa del ingenio de Buena Vista, desde el punto de vista cronológico, las casas de viviendas del valle por lo general, corresponden a fines del siglo XVIII y las primeras décadas del XIX. Entre ellas la de Guáimaro es representativa de los usos constructivos generalizados en la ciudad de Trinidad a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX.

Casi todas han sido transformadas en alguna medida, sin que ello afecte de modo sustancial la integridad tipológica de estas construcciones, con la salvedad de Güinía de Soto, remodelada a la manera ecléctica en el siglo XX y Manacas-Iznaga cuyo portal fue modificado y reconstruido cuando la restauración de la casa.
En todos los casos, son casas bien sólidas, construidas con mampostería y cubiertas con techos de madera, y están emplazadas en lugares privilegiados desde el punto de vista de la relación visual a establecer desde la casa hacia el entorno, aprovechando pequeñas elevaciones para el asentamiento, cuyo mejor ejemplo es el de Buena Vista. El portal es el elemento que distingue, por sobre otros, a esta vivienda, está adosado a la fachada principal y sostenido por pilares que, a su vez, sostienen una serie de arcos. El portal está techado con azoteas y los frentes se rematan en cornisa y pretil.

En Guáimaro, los corredores de los costados tienen horcones y están cubiertos con techos a la manera de colgadizos.

La presunción de que el portal en arcos sobre pilares de Guáimaro es una adición y modificación posterior se apoya en el modo en que este portal encaja sobre la fachada y su relación con el resto de los corredores. Las ventanas son protegidas con barrotes de madera y rematadas con cornisas y molduras similares a las que se aprecian en muchas de las viviendas de Trinidad.

En cuanto a la planimetría, estas casas aportan una configuración singular, como fórmula de adecuación a funciones distintas y a una nueva relación con el entorno. El núcleo principal de estas casas está formado por dos crujías, por los general compartidas cada una en tres estancias. Ello define un rectángulo, de igual disposición al que encontramos en las casas de la ciudad desde el siglo XVIII al XIX. Sin embargo, dicho rectángulo se inscribe como centro de otro rectángulo de mayores dimensiones, por lo general abierto al frente y fondo en forma de corredores y cerrado en los costados dando lugar a nuevos espacios que representan un acrecentamiento espacial en sentido perimetral. Es probable que este esquema sea la resultante orgánica y natural de una casa que, en principio, renuncia a los martillos y, por consecuencia, al patio central y, por el contrario, se abre en todas direcciones hacia el medio circundante.

Es, también deducible que estos nuevos espacios incorporados a las casas estuvieron destinados a alguna función de entretenimiento, trabajo o almacenaje de enseres o víveres. Los últimos moradores, hasta hace relativamente poco, de esta vivienda de Guáimaro le llaman a uno de estos espacios “la oficina”. Se conoce, además, que uno de los mismos estuvo originalmente destinado a capilla, cuya entrada se encuentra debidamente realzada con una portada anillada.
El rectángulo perimetral se inserta alrededor del núcleo básico que, en este caso, ha asimilado como parte de si las dependencias laterales que en Magua encontramos formando parte del rectángulo perimetral. Alrededor de este núcleo central conformado entonces por cinco dependencias en la primera crujía y posiblemente tres en la segunda, con la estancia central abierta en arcos hacia afuera, se desarrollan los corredores por los cuatro lados de la vivienda. Aunque esta vivienda es edificada a fines del XVIII, a principios del siglo XIX fue ampliada en sus laterales, con el añadido de las “oficinas” y la sustitución de los horcones de madera, similares a los de las fachadas laterales y trasera, por los arcos sobre pilares en la fachada principal.

La tercera generación de la famila Borrell, José Mariano Borrell y Lemus es quien da la forma definitiva a esta hermosa vivienda que ha llegado a nuestros días, este contrata al celebre arquitecto, decorador y pintor italiano radicado en Cuba: Daniel Dall Aglio, autor del Teatro Sauto y la Iglesia de San Pedro Apóstol ambas obras en Matanzas, para la decoración interior de la casa de vivienda del ingenio Guáimaro, trabajos que para febrero de 1859 ya había finalizado, se supone que las hiciera en la década del 1840 y que consistieron en uno de los salones más bellos del país, cubierto de pintura mural desde piso a techo, con temas Románticos y Neoclásicos a la usanza europea.

Grandes cuadros, enmarcados con ovas y recuadrados con grecas, como si fueran lienzos colocados sobre las mismas. Los cuadros representan escenas bucólicas, pastoriles, de ruinosos castillos, o reproducciones de conjuntos arquitectónicos neoclásicos y los característicos sauces que se aprecian en las pinturas románticas. La decoración de los muros, divididos en campos, es muy diferente a las que calificamos de populares.


La línea desaparece en favor de los volúmenes, con efectos de perspectiva. Se aprecia el manejo de una pincelada apretada y apenas perceptible, que forman grandes manchas en las que la gradación de los tonos es el principal apoyo para la delimitación de las imágenes. El tratamiento de la luz, en especial, la del atardecer, es uno de los mejores efectos logrados por estas pinturas.

Trinidad

Trinidad, fundada oficialmente como Villa de la Santísima Trinidad y llamada por algunos historiadores y habitantes como La Trinidad o Trinidad de Cuba. Es una ciudad ubicada en la región central de Cuba, específicamente en el sur de la provincia Sancti Spíritus, y es la capital del municipio del mismo nombre.

La Villa de la Santísima Trinidad fue la tercera villa fundada por la corona española en Cuba, a principios de 1514. La villa se fundó con la presencia del adelantado Diego Velázquez de Cuéllar, y fue evolucionando con rapidez, gracias a la actitud emprendedora de sus habitantes, lo cual le posibilitó ser una de las más prósperas de la mayor de las Antillas.

El litoral trinitario posee más de cuatro kilómetros de finas arenas en la zona oriental de la península de Ancón. La playa María Aguilar, en la parte occidental, tiene una extensión de unos 500 metros de arena, con un hermoso segmento de costa, caracterizado por ser íntimo y apacible, a pocos metros de la costa tiene una barrera de coral muy bonita en la que se puede hacer snorkel.

El pueblo se encuentra entre el mar y las montañas que componen las Alturas de Trinidad, pertenecientes al Macizo de Guamuhaya. Esta zona montañosa abarca más del 70% del área total del municipio.

La arquitectura colonial de Trinidad la conforman amplias, ventiladas y cómodas casonas y palacios de desmesurado lujo para integrarse al arte colonial cubano y convertir a Trinidad en una indiscutible joya urbanística y arquitectónica del continente.

La diferencia está en el signo decorativo de sus viviendas. Su ornamentación neoclásica se refleja en murales, molduras, marcos de madera y en las tornadizas formas que los forjadores del hierro le estamparon en los sublimes enrejados, con el propósito que se cristalizara todo ese entorno en uno de los mayores hechizos de la ciudad.

Las calles empedradas se mueven sinuosamente, unas descendiendo la suave cuesta, otras desplazándose en curva, obligadas por la inclinación del suelo. El inicial núcleo poblacional de la villa en la ladera de una colina no respetó el cumplimiento de ordenanzas reales, que prescribían para los asentamientos del nuevo mundo una concepción renacentista del trazado urbano, según el cual cada edificación o espacio abierto, debía ajustarse al principio de un diseño de trama regular.

Trinidad es rica en plazas y plazuelas, en la ciudad encontramos la Casa Borrell donde se destacan sus discretas proporciones y las pinturas murales de la sala y la saleta. A solo cien metros al sur de Segarte, se halla la plazuela conocida como Las Tres Palmitas, formada por las calles Media Luna, Real del Jigüe y Cañada. Por su forma triangular, sus dimensiones y las edificaciones que la limitan, es un espacio agradable a la vista.

La plaza de Santa Ana, ubicada en el extremo oriental del Centro Histórico, a unos 500 metros de la Plaza Mayor, fue urbanizada hacia finales del siglo XVIII y constituyó el punto de acceso al Valle de los Ingenios e importante arteria comercial de la época. Allí se destacan dos edificaciones, la Ermita de Santa Ana y la Cárcel Real.

La plaza de las tres cruces se encuentra en el extremo noroeste del Centro Histórico, en el barrio conocido como El Calvario. En medio de su amplio espacio se levantan tres cruces de madera, allí instaladas al menos desde 1826 y que fueron punto de llegada de las procesiones católicas durante la Semana Santa y el Corpus, por lo cual la plaza adquirió relevancia desde los momentos iniciales de la conquista y colonización.

Otra plaza de significación especial, tiene el nombre histórico de Carrillo, aunque los trinitarios la conocen simplemente como el parque. Se localiza al sureste del Centro Histórico, pues a fines del siglo XVIII la ciudad tendía a crecer en esa dirección.

Trinidad es el municipio del país que cuenta con el mayor número de museos por cantidad de habitantes. Las cinco instituciones de este tipo más importantes se encuentran en el Centro Histórico de la ciudad.

Museo Municipal de Trinidad: está ubicado en el antiguo Palacio Cantero. Este bello museo muestra piezas y documentos históricos de la villa trinitaria.

Museo Romántico: recrea el ambiente de una típica residencia colonial trinitaria de los años 1830-1860 con una muestra de muebles y artes decorativas de los siglos XVIII y XIX. Presta servicios todos los días de 8:30 am a 5:00 pm, con excepción de los lunes, que no abre.

Museo de Arqueología Guamuhaya: muestra objetos pertenecientes a las comunidades aborígenes que vivían en la región centro-sur de la Isla de Cuba durante la etapa precolombina, además de algunos artículos valiosos de la etapa colonial, de la ciudad y los valles cercanos. Se encuentra ubicado en la antigua Casa de Padrón. Sus muros, puertas y herrajes constituyen el mejor testimonio del esfuerzo creador de varias generaciones de artesanos y del florecimiento experimentado por la ciudad durante los siglos XVIII y XIX.

Museo de Arquitectura Colonial: está ubicado en la antigua casa de la acaudalada familia Sanchéz, muestra el desarrollo arquitectónico de la ciudad en el transcurso de los siglos. Abierto todos los días de 8:30 am a 5:00 pm. Los viernes está cerrado todo el día.

Casa de la Trova: es un centro de reunión para las generaciones más jóvenes, se encuentra en un inmueble del 1777 que ha sido restaurado para el disfrute popular, donde se realizan conciertos periódicos. Abierto todos los días de 8:30 am a 5:00 pm. Los viernes está cerrado todo el día.

Torre Manaca – Iznaga: Otrora calificada como la Torre de Pisa cubana por su ligera inclinación, la Torre Iznaga, en la Ciudad de Trinidad al centro de país, continúa siendo una obra majestuosa digna de las leyendas que sobre ella se tejieron.

Cayo Blanco: Aguas adentro se encuentra Cayo Blanco, en cuya costa sur existe una pequeña playa de gran belleza. Al igual que El Ancón, es de arenas blancas y aguas cristalinas. Hacia el este de cayo Blanco hay un cayuelo excelente para la observación de pelícanos, gaviotas y corúas que acuden en grandes bandadas. También se pueden observar gran cantidad de iguanas y jutías que se pasean por todo el cayo. Hacia el oeste de Cayo también existen grandes colonias de coral a profundidades entre 18 y 40 metros. En algunos sitios la pared del canto submarino sobresale hacia el océano y forma gigantescas solapas donde existe gran variedad de pargos, chernas, cuberas, caguamas tortugas y careyes así como langostas y cangrejos.

Alojamiento recomendado: Casa Colonial Mercedes Cano en Calle Fernando Hernandez Echerri, 57. Situado entre la famosa torre del Museo de la Lucha Contra los Bandidos (antiguo convento de las Hermanas de San Francisco de Asís) y la Plaza Mayor, esta casa colonial de 1700 se mantuvo así en su forma original, con sus pisos de mármol y su amplio patio parcialmente sombreado para descansar, tomar el sol o disfrutar del desayuno. El precio es 30 CUC la noche y el desayuno 5 CUC por persona.

Trinidad: Museo de Arquitectura Colonial

Museo de Arquitectura. Se encuentra situado a un costado de la Plaza Mayor de la ciudad de Trinidad, en la central provincia de Sancti Spíritus, en la que antaño fuera la casa de la familia Sánchez Iznaga, conocida como la Casa Azul. Único de su tipo en el país, muestra el desarrollo de la casa vernácula y da la clave para la comprensión de la traza urbana de Trinidad en interrelación con los modos constructivos y el desarrollo económico vinculados a la explotación y comercio tabacalero primero y a la industria azucarera después, que dieron lugar a expresiones de vida y cultura reflejadas en la ciudad.

La naturaleza de las piezas que atesora la institución permite que el visitante pueda distinguir los elementos que caracterizan la arquitectura local, aquellos que convirtieron a Trinidad en la Ciudad Museo del Caribe, entre ellos se destacan: molduras, tablillas de techo, herrajes, ladrillos aplantillados, fragmentos de tirantes y diferentes tipos de puertas que posibilitan distinguir la historia de los trinitarios contadas por sus casas.

El Museo expone de manera coherente valores, características y temáticas relacionadas con el desarrollo de la cultura arquitectónica local durante el período colonial. Muestra el quehacer artístico y anónimo del artesanado criollo y la relación que existe entre la historia de la ciudad y su desenvolvimiento arquitectónico.

En sus ocho salas de exposición permanente se exhiben objetos de valor excepcional donde encontramos desde un plafón tallado en madera policromada que imita un Sátiro; una fabulosa colección de puertas que incluye las de cuarterones, de tableros, las llamadas o conocidas a la española; un fragmento de pared de embarro, originario de un inmueble desaparecido en el pasado siglo; hasta una litografía realizada por el francés Eduardo Laplante que recrea una vista panorámica de la villa trinitaria.

Las características de la museografía de la exposición producen un efecto de transparencia que permite la apreciación directa del inmueble como máximo elemento arquitectónico dentro de la colección, posibilitando al visitante el disfrute del espacio interior de la vivienda, con sus decoraciones murales, la originalidad de su techo, sus pisos, sus muros y su carpintería.

Cuenta además con una sala dedicada a exponer de manera transitoria la labor que desde sus inicios desarrollara en función de la salvaguardia y protección del patrimonio inmueble local. Así se ha podido disfrutar de excelentes muestras expositivas donde se ha dado a conocer el trabajo de investigadores, restauradores, dibujantes, albañiles, carpinteros, en fin de todas aquellas labores u oficios que dejan su impronta en un edificio, una plaza, un parque o una calle que recibe la acción restauradora de estas personas.

Sirve este espacio además para poner al disfrute de la comunidad las colecciones que atesora el museo dentro de sus fondos Museables, el resultado de las investigaciones del colectivo técnico, el quehacer de artistas y artesanos de la ciudad, ha servido también como área de exposición para los graduados de la Academia de Artes Plásticas de la ciudad y la Escuela de Oficios de Restauración de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios.