2. Mogarraz.
3. La Alberca.
4. Sequeros
6. Cepeda
La villa de Cepeda se encuentra en la provincia de Salamanca ; a 96 kilómetros de la capital salmantina. Se alza esta localidad a una altitud de 633 metros sobre el nivel del mar y ocupa una superficie de 40.70 Km2 . Cepeda se asienta en la ladera de una pequeña colina, desde la que domina un extenso y profundo valle que se inclina buscando el río Francia.
A sus pies se extienden bosques de robles, castaños,
madroños, acebos y endrinos; encinas y alcornoques. En las riberas crecen
alisos, chopos; y en las partes más suaves, prados, y tierras de labor. La
fauna nos ofrece una amplia variedad de especies como ardillas, zorros, corzos,
jabalíes, cabras montesas, buitres y perdices.
Cepeda alcanza la categoría de villa en 1640 ; y al igual que el resto de tierras castellanas posee un gran fervor religioso que se puso de manifiesto en el Siglo XVI con la creación de cinco cofradías y cinco ermitas : la ermita de San Marcos; Santa Colomba; San Pedro; San Sebastián y la ermita del Humilladero. Posteriormente durante el transcurso de los Siglos XVI y XVII , Cepeda se convierte en un centro de arte y de artistas , debido a los diversos artesanos de la seda , carpinteros, curtidores, herreros y cerrajeros que se asentaron en su término municipal.
De su pasado histórico nos hablan los restos de la Edad de
Bronce en el Cancho la Herradura, los restos del castro prerromano sobre el que
se asienta el pueblo. Y los restos romanos en los Parajes de Perales y el
Espolón. De la época visigoda nos dan fe trozos de pizarras y restos de
cerámica.
Los musulmanes dejaron su influencia en la indumentaria, en la arquitectura y en las leyendas. De los judíos se conservan los dinteles, testigos de su conversión como la Casa de los Judíos. El poblamiento definitivo de Cepeda se debe al rey Alfonso VI con la llegada, sobre todo, de familias de origen francés y gascón.
Cepeda presenta un aspecto peculiar y único en la Sierra de
Francia con su arquitectura ordenada. Sus calles y casas, de marcado carácter
serrano, utilizan piedra, adobe y madera consiguiendo una arquitectura única.
La Plaza Mayor que tiene forma triangular ordenada en torno a La Moral, olmo centenario que es el símbolo de la villa.
La iglesia parroquial de San Bartolomé construida entre los siglo XVI y XVIII, con mezcla de estilos, aunque predomina el barroco. Tiene varios retablos barrocos e imágenes de gran calidad.
La Torre de las Campanas, del siglo XVII, separada de la iglesia, pues a su función religiosa unía una función social. En el siglo XVI se crearon cinco cofradías y cinco ermitas: las ermitas de San Marcos, Santa Colomba, San Pedro, San Sebastián y la ermita del Humilladero.
La ermita del Humilladero del siglo XVI, alberga un altar renacentista y la imagen de San Marcos, patrono del municipio.
La casa de los Judíos confirma la presencia de judíos conversos, cuya portada tiene un arco hispano flamenco del siglo XV.
La Casa de la Inquisición cuya fecha de construcción se ignora pero sí sabemos que estuvo habitada en el siglo XVII.
El Hospital de Peregrinos cuya portada es del siglo XVI.
El Mirador de La Corona. Hasta época reciente servía para trillar el grano. En la actualidad es un espléndido mirador desde el que se ven hermosas vistas de la localidad.
El puente del Coso de la Edad Media, puerta de entrada a un
encantado bosque de robles y castaños y a viejas calzadas de piedra.
Valoración: 4 estrellas
Una de las poblaciones que más nos gustó de la Sierra de Francia fue sin duda San Martín del Castañar, un pintoresco pueblecito salmantino, lleno de encanto y tradiciones por los cuatro costados. Da gusto pasear por sus calles, declaradas Conjunto Histórico Artístico, y apreciar el buen estado de conservación de su arquitectura popular serrana.
El paisaje natural montañoso que las rodea no puede ser más
maravilloso, en él se alternan bosques de robledales y castaños centenarios con
pequeños huertos en los que prosperan todo tipo de frutales y hortalizas.
Hay referencias sobre San Martín del Castañar en el siglo
XII, cuando Don Raimundo de Borgoña repuebla la zona y da nombres a los
diferentes pueblos, incluso muchas familias conservan apellidos franceses. La
localidad lleva además, el nombre de un santo francés San Martin de Tours,
patrono de la villa.
San Martín del Castañar tiene una maravillosa arquitectura
popular que utiliza métodos de construcción de origen mudéjar con materiales de
la zona. Sus calles son estrechas e irregulares, y el suelo escasea, por ello
en algunas zonas del centro histórico, las viviendas crecieron en altura, y los
aleros prácticamente se tocan. Las casas más antiguas que se conservan son de
entre los siglos XV y XVI.
Además de las construcciones hechas con abobe, ladrillo y
madera, también podemos ver algunas de piedra con bonitos escudos nobiliarios,
construidas por familias acaudaladas o miembros de la iglesia.
Fíjate en tu paseo por San Martín del Castañar en las
jardineras con plantas que decoran cada rincón, hay un total de 60. Todas
tienen frases grabadas en el frontal, que recuerdan palabras del habla popular.
Además de decorar, tratan de recuperar vocablos de la Sierra de Francia que la
mayoría ya no se usan.
El centro neurálgico de la localidad es la Plaza Mayor, en
la que hay un bar. Tiene el suelo empedrado, forma irregular, y en el centro
hay una fuente, antiguo abastecimiento para los habitantes, con zona de pilón
para el ganado.
Llama la atención uno de los soportales de la plaza mayor, en cuya columna hay tallada una cara, se trata de un Palacio del Obispo de Salamanca, allí se reunía el concejo. En la actualidad acoge el edificio del Ayuntamiento. También allí está la oficina de turismo y un interesante museo etnográfico.
Bajo el soportal, al fondo, una escalera conduce a la parte
alta de la población, donde se encontraba la alhóndiga.
La Calle Doctor Peña, llena de bonitas casas con portadas de
piedra, nos conduce hasta la iglesia de San Martín de Tours, declarada Bien de
Interés Cultural en 1981. Esta advocación nos da pistas sobre la influencia
francesa en la zona de la Sierra de Francia, como denota su nombre.
La iglesia de San Martín del Castañar se construyó en el siglo XIII y tuvo ampliaciones y reformas hasta el siglo XVIII, por ello vemos su mezcla de estilos. La portada por ejemplo es de estilo románico mudéjar, a los pies hay una espadaña de finales del siglo XVI y bajo el atrio se conserva una estela romana que nos recuerda la presencia de los romanos en la villa serrana.
Nos dirigimos ahora a visitar el Castillo de San Martín de
Castañar, y de camino nos encontramos con la plaza de toros, una de las más
antiguas de España de trazado irregular. Lo curioso de esta plaza, es que se
encuentra ubicada en el antiguo patio de armas del castillo, una curiosa
transformación que ha sido construida a base de graderíos formados con tablones
de madera y estrechos burladeros de granito del siglo XVII.
Una de las cosas imprescindibles que ver en san Martín del Castañar es El Castillo. Se construyó en el siglo XV en lo alto de una colina. De él tan solo se conserva el arco apuntalado de la entrada, dos de los muros de la torre del homenaje y los muros de la cerca principal, en la que podemos ver el cementerio de la localidad.
Tras la rehabilitación, en lo alto de la torre hay un
mirador con estupendas vistas de los alrededores de la localidad: el paisaje de
la Sierra de Francia.
También el castillo acoge el Centro de Interpretación y
Recepción de Visitantes de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y
Francia.
A las afueras de la localidad hay un pintoresco puente que
salva las aguas del río Canderuelo, aunque parece ser medieval, no se sabe
fecha exacta de construcción. Sobre él discurre la calzada romana.
La Calzada romana nos conduce a la Ermita de la Virgen del Socorro, patrona de la villa, con una bonita espadaña.
Muy cerca de allí hay una zona de recreo junto a una pequeña
presa que convierte el río en piscina. Continuando la calzada y siguiendo el
Vía Crucis se encuentra otra de las emitas de San Martín, la del Humilladero.
Valoración: 4 estrellas
La Sierra de Francia es una comarca situada al sur de la provincia de Salamanca, que forma parte del Sistema Central. Tiene una abrupta superficie de unos 630 km² y está salpicada de valles en los que se asientan bellas localidades repartidas en 32 municipios.
Si conoces algunas de ellas, habrás observado todas las
cosas que tienen en común, pero a la vez todas son completamente diferentes,
ese es su encanto principal. Las más conocidas son Mogarraz, La Alberca,
Miranda del Castañar, San Martín del Castañar, Sequeros y Villanueva del Conde,
todas ellas declaradas Conjunto Histórico Artístico.
La arquitectura popular de la Sierra de Francia se conserva
intacta generación tras generación. Sus estrechas callejuelas están decoradas
con fuentes y cruces de piedra con motivos religiosos. Estas acogen
tradicionales viviendas de la sierra construidas con piedra, adobe, tapial y
entramados de madera. Normalmente su planta baja tiene dos puertas, una para el
establo y la otra para la vivienda, el piso superior tiene balcones adornados
con plantas que en la primavera se llenan de flores.
Comenzamos con uno de estos pueblos serranos: la villa de
Sequeros, un interesante ejemplo de la arquitectura popular de la Sierra de
Francia.
Se encuentra en lo alto de una pequeña meseta a casi 1000
metros de altura, con estupendas vistas de la provincia de Salamanca y a la
Peña de Francia.
Comenzamos la visita a Sequeros por la irregular plaza del
Altozano, con una clara mezcla de estilos dependiendo del lado. Es uno de los
rincones más animados de la población sustituyendo a la plaza Eloy Bullón al
quedarse pequeña cuando comenzó a crecer la población.
Sequeros creció a partir de 1834 ya que debido a su ubicación geográfica fue cabecera administrativa de la sierra. Esto cambió la manera de vivir de Sequeros ya que llegó una nueva clase funcionarial, ampliándose la ciudad y construyéndose nuevos edificios.
A finales del siglo XVIII comenzó la actividad teatral en
Sequeros y a mediados del siglo XIX se creó el círculo cultural y de recreo,
que construyó en 1876 el teatro Liceo. A través de los años se han sucedido las
reformas y se utilizó también como salón de baile y sala de proyecciones. Desde
1979 pasó a llamarse Teatro de León Felipe, llevándolo la Asociación Cultural
Civitas Animación Teatral.
El humilladero o la ermita del Cristo de las Batallas se encuentra en un cruce de caminos. Fue construida a finales del siglo XVI y pertenecía a la cofradía de la Vera Cruz, desaparecida en 1950.
Esta pequeña construcción de planta cuadrada tiene un
pórtico apoyado en dos columnas dóricas. En el interior podemos ver un retablo
de comienzos del siglo XVII con el Cristo de las Batallas, imagen gótica del
siglo XV. Una bella cubierta con artesonado mudéjar pintado, y a sus lados
restos de pinturas que se encontraban encaladas.
En el siglo XIII se construyó el templo de El Robledo, pero en 1662 fue pasto de las llamas y tuvo que ser reconstruido manteniendo su estructura y distribución original. En el interior podemos ver un artesonado de estilo mudéjar en la cúpula de forma octogonal. En el altar mayor se encuentra el Camarín de la Virgen, al que se accede por la puerta que hay en el retablo. Fue construido a mediados del siglo XVII, y es uno de los camarines barrocos más antiguos de España.
El santuario se encuenra al lado de un robledal muy bonito y también hay buenas vistas desde alli.
De camino al santuario del Robledo podemos ver la Cruz de La
Moriana en piedra, en recuerdo de la Cruz que se venera en el interior del
templo.
Y muy cerna de la cruz, en una zona muy rica en manantiales y pozos, hay dos lavaderos. Por ellos pasaron muchas generaciones de Sequeros, hasta que el agua corriente llegó a las viviendas. Aquí también hubo un molino de aceite.
Nos vamos ahora a uno de los lugares más emblemáticos de Sequeros, la plaza de la Iglesia. Este fue el lugar en torno al cual se fue desarrollando la población y sin duda uno de los más bonitos.
En ella podemos ver la Iglesia de los Mártires o de San
Sebastián, construida sobre otra anterior entre 1783 y 1785. Su estilo es del
final del barroco y tiene una sola nave en la que destaca su cúpula y el
retablo de 1697, recientemente restaurado.
En la plaza hay un gran soportal de estructura medieval que
forma la Calle del Concejo, bajo el, se realizaban las reuniones del concejo,
bailes y celebraciones. Aquí se encontraba la Casa Consistorial, la alhóndiga,
las escuelas, una fragua, una carnicería, la cárcel, e incluso una taberna
alrededor de la plaza.
Por encima del soportal sobresale, la torre del Concejo con forma de espadaña, con una campana para avisar a los vecinos a la que en 1636 se le añadió el reloj. En la actualidad sus dependencias las ocupan el centro cultural y la biblioteca.
Por detrás todos los edificios estuvieron ocupados por
gentes relacionadas con la iglesia, la administración y la justicia de
Sequeros.
El encanto de esta población serrana es que sus casas de
entramado de madera y adobe están decoradas con bellísimos trabajos de hierro
forjado, los podemos ver en puertas, ventanas y balcones. La cantería, y la
talla en madera para los diferentes elementos arquitectónicos que las componen,
son dignos de ser admirados con detenimiento también.
Valoración: 5 estrellas
Mogarraz es un precioso pueblo que se encuentra situado en la Sierra de Francia, una zona privilegiada de la geografía española, rodeada de bosques de robles y castaños y cultivos mediterráneos en bancales de olivos, cerezos y viñas. Tiene una arquitectura peculiar y sus calles se han convertido en una exposición de arte al aire libre.
Mogarraz es uno de los pueblos más interesantes de la Sierra
de Francia, y aunque es menos conocido que La Alberca, es igual de interesante
y auténtico y además mucho más tranquilo.
Tienes que recorrer todos y cada uno de sus rincones para
ver la bonita arquitectura de sus casas serranas con entramado de madera y
bonitos balcones y muchos símbolos religiosos. Seguro que te va a sorprender
tanto como a nosotros pasear por todos los rincones y visitar su Plaza Mayor,
la ermita del humilladero, su Vía Crucis y su Iglesia.
Una exposición de pintura se encuentra expuesta en las
fachadas de las viviendas y en los muros de la iglesia de Mogarraz. Es parte de
la obra del mogarreño Florencio Maíllo, que plasmó con pintura encáustica sobre
planchas metálicas, la imagen de los 388 habitantes que había en Mogarraz en
1967.
En el centro está la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves
en la que sobresale su torre de planta cuadrada y que se encuentra separada de
esta. Es del siglo XVII y en su interior se encuentra la Virgen de las Nieves,
patrona de Mogarraz.
A pocos metros del pueblo se encuentra el mirador de la peña de la Cabra, desde donde hay unas vistas preciosas de la Sierra de Francia.
Valoración: 5 estrellas
La Alberca es un pequeño pueblo situado en el corazón de la
Sierra de Francia. Esta joya de la provincia de Salamanca, ha logrado conservar
maravillosamente sus tradiciones y costumbres a lo largo de los siglos. Esto le
ha valido para ser el primero que obtuvo, allá por 1940, la declaración de
Conjunto Histórico Artístico. De él hacen referencia conocidos escritores,
pintores e incluso cineastas como Unamuno, Cervantes, Lope de Vega, Sorolla o
Luis Buñuel.
El centro neurálgico de La Alberca es la Plaza Mayor, se
encuentra rodeada por soportales y ligeramente en cuesta. Tiene en el centro
una fuente y un bellísimo cruceiro del siglo XVIII con símbolos de la Pasión, y
en la cruz, la Virgen a un lado y Cristo en el otro.
Destaca el edificio en donde se encontraba el antiguo Hospital de Peregrinos y el edificio que alberga el Ayuntamiento de La Alberca. Por supuesto, como en todos los pueblos de España, no pueden faltar los bares con atrayentes terrazas.
Las casas de la Alberca están muy bien conservadas, tienen
casi todas tres alturas, entramado de madera y balcones repletos de flores.
Muy cerca de la plaza, se encuentra la Iglesia de Nuestra
Señora de la Asunción, edificada en el siglo XVIII, en la que destaca un
púlpito de granito del siglo XVI. En su interior se celebra otra tradición del
pueblo desde época medieval: La Loa, un auto sacramental, de los más antiguos
de España, en el que se escenifica la victoria del bien sobre el mal.
En uno de sus muros de la iglesia hay un rincón dedicado a las ánimas en un nicho enrejado con calaveras.
Es una visita obligatoria la Casa Museo Satur Juanela, un
pequeño museo etnográfico en el que se explica como era la vida en los pueblos
de la Sierra de Francia
Tampoco debería irte de La Alberca sin degustar el hornazo
que hacen en la panadería La Puente, esta deliciosa.
Si viajas con autocaravana hay un area para autocaravanas en
las afueras del pueblo, una zona muy tranquila y agradable.
Valoración: 4 estrellas
En la provincia de Salamanca, concretamente en el fantástico entorno natural de la Sierra de Francia, se encuentra Miranda del Castañar. Una pequeña población medieval con un casco histórico amurallado, con castillo y judería, declarado Conjunto Histórico Artístico, que hace que recorrerla sea un placer. Por si fuera poco, está incluida en la lista de los Pueblos más bonitos de España.
Miranda del Castañar nació bajo la Orden hospitalaria de Jerusalén allá por el siglo XII, un siglo después Alfonso de León la convirtió en villa para favorecer su repoblación. De ese modo se convirtió en capital administrativa de la Sierra de Francia, dependiendo de ella cuatro pueblos serranos.
El hijo de Alfonso X el Sabio, el infante Pedro, fue señor
de Miranda del Castañar en 1282, a su muerte lo heredó su hijo Sancho, y al
morir sin dejar descendencia, pasó de nuevo a la corona. Ya en 1457 Miranda fue
otorgado como condado a Diego López de Zúñiga, pasando dicho condado a la Casa
de Alba con el matrimonio entre la Condesa de Miranda y el duque de Alba.
Miranda del Castañar es una villa totalmente amurallada con castillo, y su casco urbano de callejuelas empedradas, encierra bellas muestras de arquitectura popular serrana, ermita, humilladero y una iglesia. El estado en general es estupendo y es un placer recorrer sus calles con toda la calma del mundo.
Lo primero que vemos a nuestra llegada a su casco histórico
medieval es la Plaza los Toros, antiguo patio de armas del castillo y que se
utiliza como plaza de toros.
Esta plaza de 39 metros por 30, conserva 14 talanqueras de
piedra de arco de medio punto. Nos cuenta un vecino que esta es la plaza de
toros más antigua de España, pues ya se utilizaba con ese fin en el año de
1500.
En uno de los lados se encuentra el castillo de Miranda del
Castañar, se cree que está construido sobre otra antigua fortaleza que acogió a
la Orden de los Caballeros Templarios con fines hospitalarios. Su construcción
se remonta a los siglos XIV y XV.
Este castillo-palacio alcanzó su esplendor en 1547, con de
Diego de Zúñiga. Tiene planta trapezoidal, y en las esquinas hay cubos
cilíndricos con saeteras y troneras. La Torre del Homenaje a pesar de su
aspecto austero fue edificada como palacio. Es de planta cuadrada y está
rematada con matacanes y ménsulas lobuladas y se encuentra adosada a un recinto
utilizado como antepuerta. En la actualidad el castillo de Miranda del Castañar
es de propiedad privada.
Para acceder a la población entramos por la Puerta de San
Ginés, el edificio de su derecha era la antigua Alhóndiga, lugar real donde se
compraba, vendía y almacenaba el grano de los habitantes de la villa. En la
actualidad alberga el Ayuntamiento.
El recinto amurallado es del siglo XV, rodea todo el
perímetro del pueblo con un total de 631 metros. Por suerte en la actualidad
conserva sus cuatro puertas: la Puerta de la Villa al norte, la Puerta del
Postigo al sur, la Puerta de San Ginés al este, y la Puerta de Nuestra Señora
de la Cuesta al oeste. Esta última puerta lleva el nombre en honor a la patrona
de Miranda del Castañar ya que atravesándola encontrarás la Ermita de Nuestra
Señora de la Cuesta construida en el siglo XVI-XVII.
Continuamos nuestro paseo contemplando las bellas
construcciones de la Calle derecha, en la que veremos un montón de casas con
escudos nobiliarios Por supuesto también podemos ver construcciones típicas de
la Sierra de Salamanca de mampostería y madera.
También merece la pena recorrer el camino o paso de ronda,
que se mantiene en su mayor parte.
Llegamos así a la Plaza Llano de la Iglesia, donde
encontramos varios edificios interesantes entre los que se encuentra, el que
fue Ayuntamiento, la Cárcel, el Campanario y la Iglesia. La antigua Cárcel
Real, en cuya fachada podemos ver el escudo de los Zúñiga y Avellaneda. En la
actualidad es una tienda de recuerdos y productos de la zona.
La Iglesia de Santiago y San Ginés de Arlés fue construida
entre los siglos XIII y XIV y tiene muchas reformas posteriores. El pórtico de
acceso está formado por cuatro columnas de piedra con un forjado de madera.
La iglesia es de estilo gótico, de tres naves con orígenes
del siglo XIII, en su interior podemos ver varias cosas interesantes como los
dos sepulcros góticos de los Díez y Arcediano; una talla de madera gótica de
principios de siglo XV, varios retablos y documentos.
Es curioso saber que la Torre de las Campanas fue construida
en el siglo XVII con dinero de los vecinos. De esa manera podían avisar de
acontecimientos a la villa sin tener que pagar por su uso a la iglesia. El
campanario es exento y rivaliza con la torre del homenaje en altura.
Valoración: 5 estrellas