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miércoles, 13 de abril de 2022

Extremadura: Sauceda

Si bien una visita a las vertiginosas tierras hurdanas suele centrarse en disfrutar de un magnífico entorno natural, hay en las viejas alquerías mucho de lo que Las Hurdes fueron, lejanos micromundos u olvidados reinos de pizarra en los que pudo escasear el pan pero no las ganas de vivir.


Hay cerca de cuarenta aldeas minúsculas que mantienen su denominación de «alquería» desde tiempos del Al-Ándalus. En lengua árabe el término alquería servía para denominar pueblos o pequeñas comunidades rurales habitadas por unas pocas familias que se ocupaban de explotar las tierras de alrededor. Cerca de Pinofranqueado, en la alquería de Sauceda, muchas de las casas viejas de pizarra que se conservan han pasado del abandono a tener un uso ganadero y agrícola. 


Con el río como frontera, las antiguas viviendas que ahora son corrales, se separan del núcleo habitado formando un pequeño pueblo fantasma que alimenta las historias y cuentos mágicos que tanto han arraigado en Las Hurdes. Aunque fueron levantadas nuevas casas de ladrillo más grandes, modernas y adecuadas a las necesidades de la población, sobreviven aún un barrio entero donde se puede pasear entre casitas y chozos centenarios, cuyos muros ennegrecidos por la pizarra y el paso del tiempo.


Valoración: 4 estrellas

miércoles, 28 de julio de 2021

Castilla y León: Cepeda

 La villa de Cepeda se encuentra en la provincia de Salamanca ; a 96 kilómetros de la capital salmantina. Se alza esta localidad a una altitud de 633 metros sobre el nivel del mar y ocupa una superficie de 40.70 Km2 . Cepeda se asienta en la ladera de una pequeña colina, desde la que domina un extenso y profundo valle que se inclina buscando el río Francia.

A sus pies se extienden bosques de robles, castaños, madroños, acebos y endrinos; encinas y alcornoques. En las riberas crecen alisos, chopos; y en las partes más suaves, prados, y tierras de labor. La fauna nos ofrece una amplia variedad de especies como ardillas, zorros, corzos, jabalíes, cabras montesas, buitres y perdices.

Cepeda alcanza la categoría de villa en 1640 ; y al igual que el resto de tierras castellanas posee un gran fervor religioso que se puso de manifiesto en el Siglo XVI con la creación de cinco cofradías y cinco ermitas : la ermita de San Marcos; Santa Colomba; San Pedro; San Sebastián y la ermita del Humilladero. Posteriormente durante el transcurso de los Siglos XVI y XVII , Cepeda se convierte en un centro de arte y de artistas , debido a los diversos artesanos de la seda , carpinteros, curtidores, herreros y cerrajeros que se asentaron en su término municipal.

De su pasado histórico nos hablan los restos de la Edad de Bronce en el Cancho la Herradura, los restos del castro prerromano sobre el que se asienta el pueblo. Y los restos romanos en los Parajes de Perales y el Espolón. De la época visigoda nos dan fe trozos de pizarras y restos de cerámica.

Los musulmanes dejaron su influencia en la indumentaria, en la arquitectura y en las leyendas. De los judíos se conservan los dinteles, testigos de su conversión como la Casa de los Judíos. El poblamiento definitivo de Cepeda se debe al rey Alfonso VI con la llegada, sobre todo, de familias de origen francés y gascón.

Cepeda presenta un aspecto peculiar y único en la Sierra de Francia con su arquitectura ordenada. Sus calles y casas, de marcado carácter serrano, utilizan piedra, adobe y madera consiguiendo una arquitectura única.

La Plaza Mayor que tiene forma triangular ordenada en torno a La Moral, olmo centenario que es el símbolo de la villa.







La iglesia parroquial de San Bartolomé construida entre los siglo XVI y XVIII, con mezcla de estilos, aunque predomina el barroco. Tiene varios retablos barrocos e imágenes de gran calidad.

La Torre de las Campanas, del siglo XVII, separada de la iglesia, pues a su función religiosa unía una función social. En el siglo XVI se crearon cinco cofradías y cinco ermitas: las ermitas de San Marcos, Santa Colomba, San Pedro, San Sebastián y la ermita del Humilladero.

La ermita del Humilladero del siglo XVI, alberga un altar renacentista y la imagen de San Marcos, patrono del municipio.

La casa de los Judíos confirma la presencia de judíos conversos, cuya portada tiene un arco hispano flamenco del siglo XV.

La Casa de la Inquisición cuya fecha de construcción se ignora pero sí sabemos que estuvo habitada en el siglo XVII.

El Hospital de Peregrinos cuya portada es del siglo XVI.

El Mirador de La Corona. Hasta época reciente servía para trillar el grano. En la actualidad es un espléndido mirador desde el que se ven hermosas vistas de la localidad.

El puente del Coso de la Edad Media, puerta de entrada a un encantado bosque de robles y castaños y a viejas calzadas de piedra.

Valoración: 4 estrellas

lunes, 5 de julio de 2021

Castilla y León: San Martín del Castañar

Una de las poblaciones que más nos gustó de la Sierra de Francia fue sin duda San Martín del Castañar, un pintoresco pueblecito salmantino, lleno de encanto y tradiciones por los cuatro costados. Da gusto pasear por sus calles, declaradas Conjunto Histórico Artístico, y apreciar el buen estado de conservación de su arquitectura popular serrana.

El paisaje natural montañoso que las rodea no puede ser más maravilloso, en él se alternan bosques de robledales y castaños centenarios con pequeños huertos en los que prosperan todo tipo de frutales y hortalizas.

Hay referencias sobre San Martín del Castañar en el siglo XII, cuando Don Raimundo de Borgoña repuebla la zona y da nombres a los diferentes pueblos, incluso muchas familias conservan apellidos franceses. La localidad lleva además, el nombre de un santo francés San Martin de Tours, patrono de la villa.

San Martín del Castañar tiene una maravillosa arquitectura popular que utiliza métodos de construcción de origen mudéjar con materiales de la zona. Sus calles son estrechas e irregulares, y el suelo escasea, por ello en algunas zonas del centro histórico, las viviendas crecieron en altura, y los aleros prácticamente se tocan. Las casas más antiguas que se conservan son de entre los siglos XV y XVI.

Además de las construcciones hechas con abobe, ladrillo y madera, también podemos ver algunas de piedra con bonitos escudos nobiliarios, construidas por familias acaudaladas o miembros de la iglesia.

 

Fíjate en tu paseo por San Martín del Castañar en las jardineras con plantas que decoran cada rincón, hay un total de 60. Todas tienen frases grabadas en el frontal, que recuerdan palabras del habla popular. Además de decorar, tratan de recuperar vocablos de la Sierra de Francia que la mayoría ya no se usan.

El centro neurálgico de la localidad es la Plaza Mayor, en la que hay un bar. Tiene el suelo empedrado, forma irregular, y en el centro hay una fuente, antiguo abastecimiento para los habitantes, con zona de pilón para el ganado.


Llama la atención uno de los soportales de la plaza mayor, en cuya columna hay tallada una cara, se trata de un Palacio del Obispo de Salamanca, allí se reunía el concejo. En la actualidad acoge el edificio del Ayuntamiento. También allí está la oficina de turismo y un interesante museo etnográfico.

Bajo el soportal, al fondo, una escalera conduce a la parte alta de la población, donde se encontraba la alhóndiga.

La Calle Doctor Peña, llena de bonitas casas con portadas de piedra, nos conduce hasta la iglesia de San Martín de Tours, declarada Bien de Interés Cultural en 1981. Esta advocación nos da pistas sobre la influencia francesa en la zona de la Sierra de Francia, como denota su nombre.


La iglesia de San Martín del Castañar se construyó en el siglo XIII y tuvo ampliaciones y reformas hasta el siglo XVIII, por ello vemos su mezcla de estilos. La portada por ejemplo es de estilo románico mudéjar, a los pies hay una espadaña de finales del siglo XVI y bajo el atrio se conserva una estela romana que nos recuerda la presencia de los romanos en la villa serrana.

Nos dirigimos ahora a visitar el Castillo de San Martín de Castañar, y de camino nos encontramos con la plaza de toros, una de las más antiguas de España de trazado irregular. Lo curioso de esta plaza, es que se encuentra ubicada en el antiguo patio de armas del castillo, una curiosa transformación que ha sido construida a base de graderíos formados con tablones de madera y estrechos burladeros de granito del siglo XVII.


Una de las cosas imprescindibles que ver en san Martín del Castañar es El Castillo. Se construyó en el siglo XV en lo alto de una colina. De él tan solo se conserva el arco apuntalado de la entrada, dos de los muros de la torre del homenaje y los muros de la cerca principal, en la que podemos ver el cementerio de la localidad.

Tras la rehabilitación, en lo alto de la torre hay un mirador con estupendas vistas de los alrededores de la localidad: el paisaje de la Sierra de Francia.

También el castillo acoge el Centro de Interpretación y Recepción de Visitantes de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia.

A las afueras de la localidad hay un pintoresco puente que salva las aguas del río Canderuelo, aunque parece ser medieval, no se sabe fecha exacta de construcción. Sobre él discurre la calzada romana.


La Calzada romana nos conduce a la Ermita de la Virgen del Socorro, patrona de la villa, con una bonita espadaña.

Muy cerca de allí hay una zona de recreo junto a una pequeña presa que convierte el río en piscina. Continuando la calzada y siguiendo el Vía Crucis se encuentra otra de las emitas de San Martín, la del Humilladero.

Valoración: 4 estrellas

miércoles, 23 de junio de 2021

Castilla y León: La Alberca

 

La Alberca es un pequeño pueblo situado en el corazón de la Sierra de Francia. Esta joya de la provincia de Salamanca, ha logrado conservar maravillosamente sus tradiciones y costumbres a lo largo de los siglos. Esto le ha valido para ser el primero que obtuvo, allá por 1940, la declaración de Conjunto Histórico Artístico. De él hacen referencia conocidos escritores, pintores e incluso cineastas como Unamuno, Cervantes, Lope de Vega, Sorolla o Luis Buñuel.

El centro neurálgico de La Alberca es la Plaza Mayor, se encuentra rodeada por soportales y ligeramente en cuesta. Tiene en el centro una fuente y un bellísimo cruceiro del siglo XVIII con símbolos de la Pasión, y en la cruz, la Virgen a un lado y Cristo en el otro.


Destaca el edificio en donde se encontraba el antiguo Hospital de Peregrinos y el edificio que alberga el Ayuntamiento de La Alberca. Por supuesto, como en todos los pueblos de España, no pueden faltar los bares con atrayentes terrazas.

Las casas de la Alberca están muy bien conservadas, tienen casi todas tres alturas, entramado de madera y balcones repletos de flores.



Muy cerca de la plaza, se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, edificada en el siglo XVIII, en la que destaca un púlpito de granito del siglo XVI. En su interior se celebra otra tradición del pueblo desde época medieval: La Loa, un auto sacramental, de los más antiguos de España, en el que se escenifica la victoria del bien sobre el mal.


En uno de sus muros de la iglesia hay un rincón dedicado a las ánimas en un nicho enrejado con calaveras.

Es una visita obligatoria la Casa Museo Satur Juanela, un pequeño museo etnográfico en el que se explica como era la vida en los pueblos de la Sierra de Francia

Tampoco debería irte de La Alberca sin degustar el hornazo que hacen en la panadería La Puente, esta deliciosa.

Si viajas con autocaravana hay un area para autocaravanas en las afueras del pueblo, una zona muy tranquila y agradable.

Valoración: 4 estrellas

jueves, 26 de noviembre de 2020

Comunidad Valenciana: Benageber

En el corazón del Alto Turia y en plena Naturaleza, tenemos la localidad de Benagéber. Municipio del interior de la Comunidad Valenciana. Está situado en la comarca de Los Serranos y forma parte de la Mancomunidad del Alto Turia. Contaba con una población censada de 216 habitantes en 2013.

Situado en la cuenca media del río Turia, se encuentra en un terreno con numerosas ondulaciones y grandes accidentes geográficos, aunque también observamos zonas de llano.





Sin duda, la panorámica que podemos obtener del embalse de Benagéber es espectacular. Rodeado de zonas de densos bosques de pinares y carrascas y tierras de cultivo, la estampa es de una gran belleza.

El Mirador de Pico Franco es una de las mejores opciones de toda la Comunitat. Benagéber popularizó este mirador porque se dice que cada atardecer allí es diferente. A tan sólo 1,5 kilómetros de distancia, y con un desnivel inferior a los 100 metros, en una hora o menos puedes estar en Pico Franco y admirar las vistas que desde la montaña de Javalambre a la Sierra de Cuenca. Además, el mirador cuenta con mesas para hacer picnic. Por las noches desde el propio mirador se ven muchísimas estrellas, ya que no hay casi contaminación lumínica.

El Área de Autocaravanas de Nieva junto a la población de Benagéber, representa una forma diferente de hacer turismo, inaugurada en el 2013 desde entonces los visitantes van aumentando en progresión, sirve como "base" para realizar diferentes rutas en Benagéber.

Valoración: 4 estrellas

Comunidad Valenciana: Chulilla

 El municipio de Chulilla se encuentra en pleno paraje natural del Cañón del río Turia. Y precisamente su situación hace de este municipio un paraíso para el senderismo y la escalada.

Chulilla es uno de los pueblos con mayor encanto y más bonitos de toda la provincia de Valencia. Sus calles blancas, su castillo de época romana y su entorno con vistas al Cañón del Turia hacen de esta lugar una visita imprescindible.



Imprescindible visitar el Horno Esteve, donde realizan pan en horno de leña y probar el reguiño de Chulilla, se trata del dulce típico y esta buenísimo. El pan quemado tambien esta delicioso.

La ruta de los Puentes Colgantes es la ruta más aventurera y bonita de todo Chulilla. Traspasando el Cañón del Turia junto a paredes que superan los 80 metros de altura llegamos hasta dos puentes de 5 y 15 metros sobre el nivel del río desde donde tenemos una vistas increíbles de las Hoces del Turia. El acceso no esta muy bien señalizado y hay que pagar una tasa municipal de un euro para acceder.






La ruta del Charco Azul nos ofrece la posibilidad de llegar hasta un idílico lago de color turquesa traspasando el río Turia donde es posible el baño en verano. Es una ruta más sencilla que la de los puentes colgantes e igualmente bonita.

En la calle de la ermita de Chulilla es fácil aparcar la autocaravana y se duerme muy tranquilo.

Valoración: 4 estrellas